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D. Antonio Férriz hijo adoptivo de la ciudad de Puerto Real

altEl pleno extraordinario con motivo de la celebración del Día de la Villa, nombró ayer a D. Antonio Férriz hijo adoptivo de la ciudad. A sus 78 años, recibió emocionado de manos de la alcaldesa el título y el aplauso de una iglesia de San José que se encontraba abarrotada para la ocasión.

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Profesionalidad, humildad y sencillez.

Con gran satisfacción recibimos los puertorrealeños el nombramiento de D. Antonio Ferriz Contreras como hijo adoptivo de esta Real Villa, un acuerdo plenario por unanimidad que puso de manifiesto que en este asunto no hay diferencias políticas. Se trataba de un reconocimiento unánime al primer pediatra que llegaba a nuestra ciudad hace ahora cincuenta y tres años, habiendo demostrado durante su larga trayectoria una profesionalidad indiscutible, dedicación a su trabajo y una sencillez que le ha hecho ganarse el cariño de miles de puertorrealeños. Una propuesta que trasladó al Ayuntamiento Pleno la Peña cultural y recreativa 5x5.

Don Antonio como cariñosamente todo el mundo le conocemos y saludamos, nació en el seno de una familia humilde hace ahora 78 años, concretamente en el cuartel de la guardia civil anexo a la mina-fundición de plomo de "La Cruz" en Linares (Jaén), su padre era guardia civil, natural de Granada, y su madre jienense. De pequeño fue buen estudiante, iniciando el bachiller a los 10 años disfrutando de matricula gratuita y beca, aprobando el examen de estado en 1951 con 16 años, consiguiendo uno de los mejores expedientes de su curso.

En principio quiso ser ingeniero ya que le gustaban bastante las matemáticas, pero al final desistió y optó por la medicina. Se marchó a estudiar a Granada, recibiendo una gran acogida de sus tíos y primos que le ofrecieron su casa en la ciudad de la Alhambra, hasta que poco a poco le fue cautivando la medicina, la parte doctrinal más la asistencial.

En 1951 comenzó la carrera de medicina en la facultad granadina, adscrito a la cátedra de pediatría. Obtuvo la licenciatura antes de cumplir 23 años con la calificación de "sobresaliente" y premio extraordinario.

El otro día cuando le visité en su casa, me confesó que si naciera de nuevo volvería a estudiar esta carrera, refiriéndome que en aquellos años no tenía más remedio que sacar buena nota para conseguir beca, ya que sus padres no podían pagarle los estudios.

Don Antonio Ferriz llegó a Cádiz en 1958 conociendo por primera vez el mar y alojándose en una humilde pensión, impulsado por su profesor D. Manuel Cruz del Hospital de Mora, realizando el servicio militar en la capital gaditana.

Su llegada a Puerto Real fue providencial, pues el 1 de abril de 1959 el inspector provincial le ofrece la posibilidad de trabajar en nuestra villa. Aquí fue muy bien acogido por Joaquina y Lola Moreno en una casa de la calle de la Palma. A partir de entonces Don Antonio inicia su larga carrera profesional, en una época donde solo existían los Rayos X y el antibiótico inyectable. En 1966 obtiene plaza mediante concurso oposición, pudiendo elegir cualquier otra ciudad de España, pero decide continuar en Puerto Real, cautivado por la amabilidad de sus gentes.

En eso duros años, tenía que atender hasta 50 niños al día e incluso en una jornada llegó a atender a 150.

A principios de los setenta se incorpora el doctor Jiménez Alfaro, compartiendo con él los turnos diarios de guardias, porque para Don Antonio no había vacaciones, todas las semanas dedicaba las 24 horas a su profesión.

Los que tenemos cierta edad, nos acordamos del doctor Ferriz con su vespa recorriendo las diferentes barriadas de Puerto Real, llegando a realizar 30 visitas a domicilio al día. Muchas generaciones recuerdan con cariño a Don Antonio pues es una persona que en su trabajo ha intentado hacerlo lo mejor posible, incluso sin cobrar cuando se enteraba de que la familia carecía de recursos económicos.

Don Antonio Ferriz, se casó en 1960 con Alicia Mas, vecina suya por aquel entonces, fruto del matrimonio nacieron cuatro hijos, actualmente tiene dos nietos y dos nietas. En el pasado 2010 cumplieron 50 años de casados. A parte del cariño a su profesión de médico, nuestro hijo adoptivo es aficionado a la caza, la pesca y a viajar, ahora de jubilado le atrae navegar por Internet para mantenerse bien informado, realizando algunas tareas como son las colecciones virtuales de pinturas relacionadas con la medicina, los niños y la maternidad.

Gracias Don Antonio por el servicio profesional y humano que has prestado a todos los puertorrealeños en tu larga trayectoria profesional, nunca te has dado por vencido por muy grave que fuera el asunto, y eso lo saben la gran cantidad de familias que han puesto en tus manos a sus hijos enfermos y que por tu constancia y conocimiento conseguiste sacarlos adelante.

Esa sensibilidad y cariño por los pequeños, ya le hizo merecedor del nombramiento de Rey Mago y por otro lado en 1995, en una jornada de gran recuerdo para mí, Tele Puerto Real te brindó un homenaje en el que se reconoció tu trayectoria profesional al servicio de nuestro pueblo. Durante muchos años has mantenido una estrecha relación con la Peña 5x5, y con todas las entidades sociales y culturales, pronunciando numerosas charlas de temas médicos además de tu admiración por los ancianos de Vedruna.

Sigue queriendo a Puerto Real como siempre lo has hecho. Cuando se celebre el pleno solemne, en el que te concedan el título de Hijo Adoptivo de la Villa de Puerto Real allí estará un pueblo entero que te quiere y aprecia.

Gracias y mucha salud. Don Antonio.

Manuel Miranda Lacalle.

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